Una treintena de panaderías y pastelerías de la región de Coquimbo participan en el proyecto “Aprende” de la Federación Chilena de Industriales Panaderos (Fechipan), que cuenta con el apoyo del programa Viraliza de Corfo, que tiene como propósito disminuir las brechas de la industria, entregando capacitación y acompañamiento a empresarios, mediante talleres y asesorías, para su transformación digital, reconversión de sus modelos de negocios y la reactivación económica de las empresas del sector bakery.
Una de las beneficiadas es Tatiana Makarova, empresaria de origen ruso, con más de 20 años de residencia en el país, propietaria de la pastelería europea “Kalinka” ubicada en Sindempart, Coquimbo, con especialidad en pastelería francesa y rusa; y con casi 10 años en la región, mismo período, dedicada al rubro del bakery, dictando talleres de repostería.
En octubre del año pasado, en plena pandemia, la beneficiaria del programa abrió su pastelería en la ciudad de Coquimbo, y la empresaria nos relata que siempre fue su idea de negocio, “de dar a conocer nuevos sabores, que la gente empiece a comer ingredientes más puros y de mejor calidad, saber diferenciar los chocolates, para comer productos más sanos”. Entre sus productos estrellas están un brazo de reina de merengue, como suflé relleno de una crema de frambuesa o pistacho y crema chantilly, o su pastel de frutilla o mango y mousse de chocolate blanco y albahaca”.
De sus expectativas, gracias al apoyo de “Aprende”, Tatiana Makarova dice que “ahora estamos con una asesoría en la parte administrativa, hacer las cosas bien. Me gustaría que mi negocio crezca, incluir panadería, voyeria, chocolatería y un servicio de cafetería más grande”.
De los beneficios de “Aprende”, Christian Ortega, gerente de Fechipan destaca que “el poder trabajar con panaderías de todo Chile y entregar mejoras competitivas, porque nuestra labor es representar a los panaderos. Es dar una mano a la reactivación económica, entregar información actualizada, una mirada un poco más moderna a la panadería tradicional, para hacerla más competitiva, con nuevas formas de comercializar, no sólo lo que tiene que ver con el delivery, sino con otras fórmulas ligadas a los modelos de negocios, de poder ampliar sus conocimientos y mejorar sus producciones”.
Entre los desafíos del gremio en la región afirma “que sean empresarios que estén muy ligados a los nuevos tiempos, no sólo desde la digitalización y nuevos modelos, sino con una mirada más social. Una nueva panadería tradicional que esté siempre aprendiendo, e investigar nuevas formas de producir un pan distinto, con alguna mejora en salud para los habitantes”, agrega Ortega.
Por su parte, el director regional de Corfo, Gregorio Rodríguez, indicó que “esto forma parte de una estrategia para la reactivación económica de los asociados de una industria que está arraigada en las y los chilenos. La digitalización es indispensable en estos tiempos, por eso destacamos el traspaso de conocimientos, experiencias y tecnologías para promocionar y aumentar las ventas de las empresas panificadoras de nuestra región”.
El proyecto se inició en enero de este año, con un diagnóstico que identificó la brecha digital de empresarios. Se realizaron los talleres virtuales: “Canvas: cadena de valor, los nuevos procesos a implementar en la panadería”; “Cómo desarrollar una estrategia digital para panaderías y pastelerías”; “Adecuación de canales de venta para la reactivación”; “Fuentes de Financiamiento” y “Redes de Colaboración”. Ahora está en la etapa de asesoría para entregarles un plan de reactivación. Tiene una duración de 10 meses, período que se espera ampliar.
En la región de Coquimbo hay un catastro de 623 panaderías, de ellas el 69,5% son microempresas, un 29,1% pequeña empresa y 1,3% mediana empresa. El sector tiene una venta anual de 64 millones de kilos de pan, con $115 millones de dólares al año.