Agromostazal, Nueces del Choapa, Cavas del Valle y Casa Molle, recibieron la certificación internacional que los acredita con el sello B, por su aporte a la generación de triple impacto: social, ambiental y económico- permitiéndoles obtener acceso a nuevos mercados que esperan una producción y un proceso amistoso con su entorno.
Dar solución a problemáticas ligadas a las comunidades y al medio ambiente, sin perder su rentabilidad, es lo que actualmente estas empresas han podido generar a través de sus modelos de negocios. Mecanismo que les permitió cumplir con los requisitos de una tarea que no es sencilla y que posee estándares de alto nivel: la certificación de Empresa B. Una iniciativa que fue posible materializar gracias al apoyo de Corfo, por medio del Programa de Fomento a la Calidad (FOCAL), para así contribuir a que hoy la zona se sume a esta tendencia mundial.
Este compromiso tiene externalidades positivas debido a que, en los distintos rubros y sectores económicos, las empresas B buscan de forma natural encadenarse productivamente y colaborar entre ellas por la sencilla razón de que saben qué estándares cumplen sus pares.
Es en esta línea de trabajo, es que Corfo cofinanció los procesos de implementación y certificación, a través del instrumento FOCAL que tiene como objetivo apoyar a las empresas en el mejoramiento de la productividad y competitividad por medio de un incentivo a la implementación y certificación de normas técnicas de sistemas de gestión y de productos o de protocolos reconocidos como habilitantes para acceder a mercados más sofisticados o de exportación.
“Como Corfo tenemos el rol de fortalecer los procesos que permitan a las empresas innovar y ser más competitivas, debido a que esto tiene directa relación con el desarrollo de los territorios y el bienestar de sus habitantes. A través del instrumento FOCAL, venimos apoyando a empresas regionales para que puedan implementar lineamientos y certificarse como empresa B. No es un proceso fácil debido a que involucra muchos aspectos de gestión que las organizaciones tienen que mejorar. Interesantemente, en la región existe una creciente demanda por transformarse en empresa B”, indicó el director regional de Corfo, Andrés Zurita.
Empresas apoyadas
Entre las empresas recientemente certificadas se encuentran Cavas del Valle, una viña boutique familiar que desde el 2006 produce un vino orgánico de uvas libres de pesticidas y químicos. La empresa se destaca por la buena relación con sus proveedores y trabajadores, además de tener certificación orgánica chilena, brasileña, de la comunidad europea y suiza.
Rodrigo Alarcón, Gerente operaciones de Cavas del Valle, declaró que “para nosotros esta certificación es un respaldo de lo venimos haciendo desde hace años”. Indica que cuentan con una certificación orgánica desde el 2008, “por lo que esto viene a ratificar nuestro despliegue y compromiso medioambiental, de género y salarial”. Por otra parte, indicó que “la relación con las comunidades es clave, por ejemplo, actualmente desarrollamos un Programa de Desarrollo de Proveedores de uva junto con los negocios locales (….) dado el contexto que actualmente estamos viviendo, es muy importante que las empresas se vayan sumando a este movimiento”.
Otra de las empresas certificadas es Casa Molle, hotel boutique 5 estrellas ubicado en la comuna de Vicuña que destaca por su relación con el entorno, además de poseer un alto estándar de calidad y donde el abastecimiento de productos para su cocina pasa por considerar la producción local. Otra empresa es Nueces del Choapa, que destaca por su producción exportable que incluye compra a proveedores de Valles del Limarí y del Choapa, siendo sus cáscaras rotas a mano por familias de la comuna de Salamanca.
Agromostazal es otra de las empresas que recibieron la certificación de Empresa B. Esta empresa nació en plena crisis hídrica, por lo que debió optimizar sus procesos para el nuevo contexto de cambio climático. Ellos desarrollan iniciativas sustentables, por ejemplo a través de la elaboración de pellet de combustión y alimento caprino por medio del aprovechamiento de la cáscara de nuez, así como su fuerte compromiso por incluir el trabajo femenino como eje fundamental en su accionar, también ha contratado el 60% de los estudiantes en práctica que han pasado por sus faenas y oficinas, ayudando de esta manera a retener el talento local en el Valle del Limarí.
“Esta tendencia se caracteriza por su compromiso con un sistema económico que beneficia al planeta y a las personas, que miden su impacto social y ambiental, y se comprometen de forma personal, institucional y legal a tomar decisiones considerando las consecuencias de sus acciones a largo plazo en la comunidad y el medioambiente. Este es un movimiento empresarial global que quiere hacer un cambio, utilizando la fuerza de mercado para dar soluciones a problemas sociales y ambientales. Por tanto, nuestro apoyo a las empresas B va en sintonía con la visión de que nuestra Región de Coquimbo transite en el tiempo hacia un territorio caracterizado por la economía circular, sustentable y comprometida con las comunidades”, añadió el Director Regional de Corfo.
Desde el 2006 en todo el mundo, emprendedores(as) y empresas se han ido sumando a implementarse y certificarse como empresa B. Si bien esta norma no es exigida para la comercialización u exportación de productos o servicios a los distintos mercados internacionales, se ha convertido en una suerte de definición de las organizaciones de cómo se quiere aportar e impactar a la sociedad hacia adelante.